Este tiramisú lo hago gracias a Eleonora, que me dio la idea. Lo preparé para Ana, que vino a casa a comer, cargadita de unos tomates de la huerta de su madre: deliciosos. En otra entrada os contaré cómo los he usado. Estaban buenísimos, como este postre no apto para intolerantes a la lactosa, ya que, aunque esté hecho con leche de soja, aún no he encontrado queso mascarpone sin lactosa :(
Ingredientes:
250 gr de queso mascapone
75 gr de azúcar
3 huevos con la yema y la clara separadas
3 cucharadas soperas de colacao
4 cucharadas soperas de avellana en polvo para postres
1 taza grande y media de leche de soja
2 o 3 cucharadas de vodka (al que le guste mucho, que ponga más)
20 bizcochos de soletilla, mucho ojo para que no lleven algo de lactosa
Preparación:
Hay que montar las claras a punto de nieve con la batidora, una vez que las hayamos separado de la yema. Cuando estén listas, les añadimos el azúcar y el queso mascarpone, mezclando con cuidado, con una cuchara de madera, para que no se bajen las claras. Luego le añadimos las yemas y volvemos a mezclar. Ahora hay que mezclar en un bol la leche con las avellanas en polvo. Le ponemos el vodka. En esta leche mojamos los bizcochos de soletilla y vamos haciendo la base del dulce. Cuando cubramos por completo el molde, ponemos una capa de la mezcla de mascarpone con el azúcar y los huevos. Luego toca otra capa de bizcochos mojados en la leche y de nuevo la masa del mascarpone. Lo último que tenemos que hacer antes de zampárnoslo es dejarlo en la nevera cuanto más tiempo (una noche) mejor, aunque a la hora se puede ya comer. Antes de servir hay que ponerle el colacao tamizado encima. Así quedó el corte.