Vengo un poco tarde a publicar mi roscón de reyes, pero no voy a dejar de ponerlo y es que estoy muy satisfecha con el resultado. Está hecho con una receta del blog la cocina de mi abuelo. Si leéis su entrada, os explica que es a la vieja usanza, tal y como lo hacía su abuela. Tengo que agradecerle en el alma que haya compartido esas enseñanzas, porque me ha permitido a mí, que no tenía ninguna experiencia en hacer roscones, poder disfrutar de este tan delicioso. Os recomiendo su blog con energía. En cuanto entréis, sabréis por qué lo hago. Lo cierto es que en casa no tenía prácticamente nada para decorarlo así que luego le puse unas frutas escarchadas, robadas del que compraron mis padres. De momento, solo lo adorné con almendras laminadas. Este era el corte:
Aquí veis lo que quedó para merendar porque en el desayuno prácticamente lo acabamos....
Es estupendo lo esponjoso que queda con esta receta el roscón:
Ingredientes:
800 gr de harina de fuerza (la receta ponía 750 per puse más porque se me pegaba mucho y mira que lo amasé, eh)
75 ml de agua templada
75 ml de leche de soja
3 huevos
125 gr de manteca de vaca (también se puede poner mantequilla)
150 gr de azúcar (o 4 cucharadas rasas de miel, yo puse miel)
25 gr de levadura de panadero
El zumo de un limón
El zumo de una naranja
1 huevo para pintar
Almendras laminadas para decorar
Preparación:
Se mezclan todos los ingredientes menos la manteca, las almendras y la levadura. La primera se derrite y se va añadiendo poco a poco, cuando ya llevemos un rato amasando. Por su parte la levadura hay que mezclarla con un poco de agua tibia y añadirla a mitad del amasado. Dejamos reposar para que se doble el tamaño de la masa, que sabremos que está lista para descansar cuando ya no se nos pegue a la superficie donde la estemos trabajando. Yo la dejé dos horas y media de reposo. Lo mejor es que evitemos las corrientes de aire y la humedad para que la masa suba mejor. A continuación, le damos forma al roscón y lo dejamos una hora más que repose. En ese momento, llega la hora de encender el horno y de pintar con huevo batido nuestro roscón, al que también le pondremos las almendras antes de meter en el horno. Allí lo dejamos unos 20 minutos, aunque dependerá del nuestro horno. Os animo a probarlo porque es bastante fácil de hacer, si tenemos paciencia al amasar. En realidad, se pueden hacer dos tiras y entrelazarlas, como veréis en el blog de la cocina de mi abuelo, solo que mi masa no quedó tan bien como para poder trenzarla porque se pegaban las dos partes, por eso opté por hacer una única rosquilla.
Este es el aspecto que tenía mientras reposaba la última hora.
Y así se veía antes de meterlo en el horno: